BRAINSTORMING
El brainstorming es una popular técnica utilizada para encontrar ideas basada en
la creatividad espontánea y sin filtros. La base de esta técnica, consistente en
entrenar el cerebro humano para desencadenar una “lluvia de ideas” y plasmarlas
en papel sin censura, fue formulada por primera vez en 1939 por el autor
estadounidense Alex F. Osborn y desarrollada por el teórico de la gestión
Charles Hutchison Clark. El brainstorming es un método que tiene como objetivo
la recopilación rápida y no filtrada de ideas, pidiendo a los participantes que
simplemente “lancen ideas al aire”.
Aunque la
lluvia de ideas puede realizarse en línea a través de tecnologías comúnmente
disponibles, como el correo electrónico o los sitios web interactivos, también
se han realizado muchos esfuerzos para desarrollar software informático
personalizado que pueda reemplazar o mejorar uno o más elementos manuales del
proceso de lluvia de ideas. Algunas técnicas de lluvia de ideas basadas en la
web permiten a los contribuyentes publicar sus comentarios de forma anónima
mediante el uso de avatares. Esta técnica también permite a los usuarios
iniciar sesión durante un período de tiempo extendido, generalmente una o dos
semanas, para permitir a los participantes un "tiempo de remojo"
antes de publicar sus ideas y comentarios. Esta técnica se ha utilizado
particularmente en el campo del desarrollo de nuevos productos, pero se puede
aplicar en cualquier cantidad de áreas que requieran la recolección y
evaluación de ideas.
Cantidad antes que calidad: El brainstorming consiste en recoger tantas ideas como sea posible, con la
esperanza de que entre ellas se
encuentre la definitiva para el proyecto o la labor en cuestión. Por eso, es
importante que las ideas fluyan libremente, aunque haya muchas desechables. Las
ideas que desde un principio se perciben como malas, también son importantes
para eliminarlas más tarde al realizar una comparación con las que sí son
buenas. Los participantes deben asegurarse de que se va a registrar cada idea.
No a las críticas, discusiones o comentarios durante
la sesión: Esta regla debe ser respetada en todo momento, con el objetivo de que el flujo de ideas
no se vea perturbado ni se detenga. En otras palabras, una sola intervención
puede contener una o varias ideas nuevas. Todos los otros aspectos o contenidos
deben discutirse en la evaluación posterior.
Registrar todas las ideas: Solo si se registran todas las ideas, por ejemplo, con ayuda de una pizarra, se
garantiza que la sesión de lluvia de
ideas pueda pasar a la siguiente fase de evaluación sin haber sido censurada o
filtrada. En consecuencia, es necesario nombrar a una persona que sea moderador
o redactor de actas y que suele abstenerse de hacer contribuciones durante la
sesión de brainstorming.
Pensar con originalidad e inspirarse mutuamente.
La lluvia de ideas suele generar una multitud de ideas independientes las unas de las otras, aunque también existe la
posibilidad de que a partir de una idea se desarrollen otras nuevas. A menudo,
cada sesión desarrolla su propia dinámica, lo que conduce a que las ideas se
encaminen en una dirección concreta o que incluso se concentren en una sola
línea. A pesar de esto, los participantes no deben tener miedo de expresar
ideas que vayan en una dirección completamente diferente. Ambas dinámicas
refuerzan el brainstorming como técnica grupal y, con frecuencia, conducen a buenos
resultados.
MUY BIEN
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